La canción de Shakira también generó un gran debate social en torno al feminismo, la sororidad y el patriarcado. Muchos usuarios de redes sociales criticaron a Shakira por adoptar una actitud demasiado “rabiosa” ante la ruptura, haciendo públicos los detalles de la relación y criticando abiertamente a Piqué y a su nueva pareja.
De acuerdo con la figura sumisa que el sistema patriarcal otorga a las mujeres, estas deben llorar sus penas en la intimidad y no mostrarse resentidas ni celosas en público para “no montar una escena”. Es decir, todo lo contrario a la figura dominante del hombre, que sí puede mostrarse ofendido por el comportamiento de la mujer y, además, puede exponerla públicamente.
En ese sentido, una parte del feminismo defendió que Shakira estaba enfadada y dolida y que no tenía por qué esconderlo. Es decir, que las intérpretes femeninas también tienen derecho al beef, expresión que surge del mundo del hip hop y el trap para describir una pelea entre raperos, pero que se ha extendido para definir una controversia entre dos personas.
Tomado por: www.junior-report.media.com
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