Hasta hace cinco años, Max, un simpático gato atigrado, era una criatura salvaje que deambulaba en solitario por la ciudad de Fair Haven, en Vermont, Estados Unidos. Pero todo cambió para él cuando una familia lo adoptó y lo llevó a vivir a su casa. A partir de ese momento, el felino encontró amor no sólo allí, sino también en una institución académica cercana.
Es que Max se convirtió en un habitué de la Universidad Estatal de Vermont, en el barrio de Castleton, donde se hizo famoso entre los estudiantes y los docentes del lugar. Tanto es así que hace unas semanas, el gato obtuvo un doctorado honoris causa en literatura (litter-ature, un juego de palabras en inglés referido a que litter significa arenero) en reconocimiento a su amistad y amabilidad con la casa de estudios. El gato, cuyo nombre completo es Max Dow, ha demostrado ser “un miembro afectuoso de la familia del campus durante años”, dijeron desde la universidad en una publicación de Facebook que anunció la inusual concesión del título.
“Con un rotundo ronroneo de aprobación por parte de la facultad, la junta directiva de Vermont State ha otorgado a Max Dow el prestigioso título de doctor en literatura, con todos los beneficios de la hierba gatera, los privilegios de un rascador y las responsabilidades de la caja de arena”.
Ashley Dow, su dueña, contó al sitio web de noticias local Vermont Public que Max recibió su título en una ceremonia que se realizó luego de la graduación de los alumnos de los últimos cursos. Además, agregó que las visitas del gato al campus comenzaron hace cuatro años y que los estudiantes se entusiasman al verlo, lo adoran, lo recogen, lo llevan en sus mochilas, se sacan selfies con él y hasta obtienen el apoyo emocional que necesitan a partir de su contacto.
Max Dow acompaña a los futuros estudiantes de Vermont State en recorridos que parten de un edificio frente a la casa de su familia. “Ni siquiera sé cómo sabe que tiene que ir, pero va”, señaló Ashley. Max vive en la calle de la entrada principal al campus y acude allí diariamente para confraternizar con alumnos y docentes Pero no todas las criaturas han estado tan complacidas con la presencia de Max Dow. Los gatos salvajes del barrio lo han atacado. Pero una vez que esto se supo, los miembros de la comunidad universitaria buscaron protegerlo. Y han cumplido con las solicitudes de Ashley Dow, difundidas en carteles que colocó alrededor de la institución, de llevar a Max a casa si alguna vez lo ven afuera después de las cinco de la tarde.
“Los estudiantes realmente lo han traído a casa en numerosas ocasiones”, dijo Ashley Dow a Vermont Public. “O tienen mi número y recibo mensajes de texto de estudiantes al azar que me dicen: ‘Max está bien, está junto al invernadero’ y todo eso”. De hecho, en una ocasión, una ausencia prolongada de Max en el campus llevó a los estudiantes a erigir un santuario en su memoria. “Tenía velas y todo, y la foto de Max que habían impreso y enmarcado”, recordó Dow a Vermont Public. “Así que sí, es muy interesante ser la madre de Max”.
Tomado de: www.lanacion.com.ar
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